Transformaciones
en la vivienda
La nueva tendencia de pequeñas viviendas se ve cada vez con más fuerza en todo el mundo y poco a poco en Colombia. Una estrategia que brinda oportunidades para el diseño interior y la personalización de los espacios, además de ser coherente con el problema actual del elevado costo de vivienda y la alta ocupación del suelo en ciudades densas. Estos cambios traen consigo una exploración y estudio detallados para entender las necesidades de la población actual y cómo modificar la arquitectura de acuerdo a los gustos y necesidades individuales. Pero, ¿Cuáles son las posibilidades que tenemos? ¿Qué podríamos hacer como arquitectos para integrar estas nuevas perspectivas en la concepción de nuestras viviendas?
En mi opinión, las ideas que encontramos a nivel mundial son innovadoras y todas ellas tienen algo en común: la flexibilidad o la idea de movimiento en el concepto inicial del proyecto. Estas propuestas, desde mi percepción, hacen parte de un sólo grupo que es el de los espacios cambiantes, lugares que tienen la capacidad de adaptarse a un mundo que actualmente sabemos que es incierto. Además, procuran adaptarse, no solo a personalidades y preferencias individuales, sino también a la diversidad cultural; diseños que no sólo abarcan la arquitectura, sino también el diseño interior y el entendimiento urbano para poder desarrollarse.
Algunas de estas ideas se basan en módulos, con áreas definidas que se adaptan y se suman a un espacio inicial permitiendo que cada vivienda tenga sólo los espacios necesarios o deseados por cada usuario, esto con modificaciones en el área total de cada unidad de vivienda y acoplándose a un conjunto prediseñado. Propuestas que, si bien son interesantes, no han tenido tanta notoriedad en Colombia. Por el contrario, propuestas como la de adecuar los lugares en espacios más abiertos y eliminar algunos elementos o áreas al interior para incrementar los espacios comunes entre los residentes, se han popularizado. Sin embargo, estas transformaciones no sugieren cambios tan drásticos como aquellos que propone la arquitecta Anna Puigjaner a través de diseños sin una jerarquía espacial, con espacios que podrían ser intercambiables o estar sujetos a lo que el usuario pretende que sean, eliminando la cocina para que esta sea un espacio compartido; Alternativa que sugiere el cohabitar, una propuesta que ha sido popular y de interés en los últimos años.
Estos espacios compartidos y sin usos definidos pueden ser algunas de las propuestas que vengan para Colombia. También puede que sean las ideas de espacios más flexibles, lugares que nos permitan tener privacidad y la posibilidad de realizar todas las actividades en un solo lugar con un movimiento en el mobiliario, elementos que aparecen y desaparecen, se transforman en el interior para convertirse en lo que precisamos en cada instante del día y de la vida. Esto se ve reflejado en el proyecto de Gary Chang en Beijing donde la arquitectura se define más por la actividad que por las habitaciones que conforman la vivienda. Propuestas donde el diseño de mobiliario se vuelve indispensable y estas dos áreas de la forma, objeto y espacio, se vuelven una. Pero, qué tal si lo único que necesitamos es un espacio que nos brinde infinidad de posibilidades, que nada este dicho, nada este definido. Un espacio vacío que nos permita involucrarnos totalmente con la distribución y el diseño interior de la vivienda; considero que las posibilidades son infinitas.
Proyectos actuales en Bogotá se han estado desarrollando con algunas de estas ideas, como lo hacemos en Urbanic Group, pensando en diseños que vayan más acorde a las necesidades actuales y que sean asequibles a la población. Un ejemplo de esto son los espacios ventilados e iluminados que hemos encontrado necesarios no sólo para el diseño sino para la salud de los que los habitan. Circunstancias como las actuales en las que las viviendas se vuelven el lugar donde debemos permanecer, hace forzoso buscar soluciones para que estos se ajusten a los nuevos requerimientos, un reto que es mayor, con espacios reducidos, pero no imposible. Espacios iluminados, verdes y abalconados, sin importar su dimensión, se han vuelto solicitados para tener una percepción del afuera sin necesidad de estarlo. Este tipo de modificaciones en apartamentos se han venido llevando a cabo en nuestros proyectos, con la intensión de adaptarse a una nueva forma de vida.
Sin embargo, como vemos y es seguro, este no es un proceso estático. Quiero pensar que no todo está creado, que aún hay caminos y espacios inexplorados. Podemos mejorar, avanzar e idear espacios que no sólo sean acordes con las condiciones demográficas sino también con la evolución del diseño, los gustos, las actividades y el movimiento que se ve en las generaciones entrantes. Que la diversidad se demuestre en la forma de expresarnos en cada aspecto de nuestra vida e indiscutiblemente en el habitar, sin que esto se vea restringido por el área o por el inconsciente de asumir que un espacio más grande es más gratificante.
Si bien estas tenencias de construcciones compactas son el resultado de alta densidad poblacional y la ocupación del suelo, también debemos pensar en el diseño, siendo conscientes y coherentes con la realidad en la que vivimos. No conformarnos. El punto es que no hay una sola verdad o una idea adecuada, todo va estrictamente relacionado con cada individuo, cultura, ciudad y su cotidianidad. Debemos entender que la riqueza de la arquitectura está en la diversidad y no podemos caer en la monotonía; siempre mantener la mente creativa.
TRANSFORMACIONES
EN LA VIVIENDA
La nueva tendencia de pequeñas viviendas se ve cada vez con más fuerza en todo el mundo y poco a poco en Colombia. Una estrategia que brinda oportunidades para el diseño interior y la personalización de los espacios, además de ser coherente con el problema actual del elevado costo de vivienda y la alta ocupación del suelo en ciudades densas. Estos cambios traen consigo una exploración y estudio detallados para entender las necesidades de la población actual y cómo modificar la arquitectura de acuerdo a los gustos y necesidades individuales. Pero, ¿Cuáles son las posibilidades que tenemos? ¿Qué podríamos hacer como arquitectos para integrar estas nuevas perspectivas en la concepción de nuestras viviendas?
En mi opinión, las ideas que encontramos a nivel mundial son innovadoras y todas ellas tienen algo en común: la flexibilidad o la idea de movimiento en el concepto inicial del proyecto. Estas propuestas, desde mi percepción, hacen parte de un sólo grupo que es el de los espacios cambiantes, lugares que tienen la capacidad de adaptarse a un mundo que actualmente sabemos que es incierto. Además, procuran adaptarse, no solo a personalidades y preferencias individuales, sino también a la diversidad cultural; diseños que no sólo abarcan la arquitectura, sino también el diseño interior y el entendimiento urbano para poder desarrollarse.
Algunas de estas ideas se basan en módulos, con áreas definidas que se adaptan y se suman a un espacio inicial permitiendo que cada vivienda tenga sólo los espacios necesarios o deseados por cada usuario, esto con modificaciones en el área total de cada unidad de vivienda y acoplándose a un conjunto prediseñado. Propuestas que, si bien son interesantes, no han tenido tanta notoriedad en Colombia. Por el contrario, propuestas como la de adecuar los lugares en espacios más abiertos y eliminar algunos elementos o áreas al interior para incrementar los espacios comunes entre los residentes, se han popularizado. Sin embargo, estas transformaciones no sugieren cambios tan drásticos como aquellos que propone la arquitecta Anna Puigjaner a través de diseños sin una jerarquía espacial, con espacios que podrían ser intercambiables o estar sujetos a lo que el usuario pretende que sean, eliminando la cocina para que esta sea un espacio compartido; Alternativa que sugiere el cohabitar, una propuesta que ha sido popular y de interés en los últimos años.
Estos espacios compartidos y sin usos definidos pueden ser algunas de las propuestas que vengan para Colombia. También puede que sean las ideas de espacios más flexibles, lugares que nos permitan tener privacidad y la posibilidad de realizar todas las actividades en un solo lugar con un movimiento en el mobiliario, elementos que aparecen y desaparecen, se transforman en el interior para convertirse en lo que precisamos en cada instante del día y de la vida. Esto se ve reflejado en el proyecto de Gary Chang en Beijing donde la arquitectura se define más por la actividad que por las habitaciones que conforman la vivienda. Propuestas donde el diseño de mobiliario se vuelve indispensable y estas dos áreas de la forma, objeto y espacio, se vuelven una. Pero, qué tal si lo único que necesitamos es un espacio que nos brinde infinidad de posibilidades, que nada este dicho, nada este definido. Un espacio vacío que nos permita involucrarnos totalmente con la distribución y el diseño interior de la vivienda; considero que las posibilidades son infinitas.
Proyectos actuales en Bogotá se han estado desarrollando con algunas de estas ideas, como lo hacemos en Urbanic Group, pensando en diseños que vayan más acorde a las necesidades actuales y que sean asequibles a la población. Un ejemplo de esto son los espacios ventilados e iluminados que hemos encontrado necesarios no sólo para el diseño sino para la salud de los que los habitan. Circunstancias como las actuales en las que las viviendas se vuelven el lugar donde debemos permanecer, hace forzoso buscar soluciones para que estos se ajusten a los nuevos requerimientos, un reto que es mayor, con espacios reducidos, pero no imposible. Espacios iluminados, verdes y abalconados, sin importar su dimensión, se han vuelto solicitados para tener una percepción del afuera sin necesidad de estarlo. Este tipo de modificaciones en apartamentos se han venido llevando a cabo en nuestros proyectos, con la intensión de adaptarse a una nueva forma de vida.
Sin embargo, como vemos y es seguro, este no es un proceso estático. Quiero pensar que no todo está creado, que aún hay caminos y espacios inexplorados. Podemos mejorar, avanzar e idear espacios que no sólo sean acordes con las condiciones demográficas sino también con la evolución del diseño, los gustos, las actividades y el movimiento que se ve en las generaciones entrantes. Que la diversidad se demuestre en la forma de expresarnos en cada aspecto de nuestra vida e indiscutiblemente en el habitar, sin que esto se vea restringido por el área o por el inconsciente de asumir que un espacio más grande es más gratificante.
Si bien estas tenencias de construcciones compactas son el resultado de alta densidad poblacional y la ocupación del suelo, también debemos pensar en el diseño, siendo conscientes y coherentes con la realidad en la que vivimos. No conformarnos. El punto es que no hay una sola verdad o una idea adecuada, todo va estrictamente relacionado con cada individuo, cultura, ciudad y su cotidianidad. Debemos entender que la riqueza de la arquitectura está en la diversidad y no podemos caer en la monotonía; siempre mantener la mente creativa.
TRANSFORMACIONES
EN LA VIVIENDA
La nueva tendencia de pequeñas viviendas se ve cada vez con más fuerza en todo el mundo y poco a poco en Colombia. Una estrategia que brinda oportunidades para el diseño interior y la personalización de los espacios, además de ser coherente con el problema actual del elevado costo de vivienda y la alta ocupación del suelo en ciudades densas. Estos cambios traen consigo una exploración y estudio detallados para entender las necesidades de la población actual y cómo modificar la arquitectura de acuerdo a los gustos y necesidades individuales. Pero, ¿Cuáles son las posibilidades que tenemos? ¿Qué podríamos hacer como arquitectos para integrar estas nuevas perspectivas en la concepción de nuestras viviendas?
En mi opinión, las ideas que encontramos a nivel mundial son innovadoras y todas ellas tienen algo en común: la flexibilidad o la idea de movimiento en el concepto inicial del proyecto. Estas propuestas, desde mi percepción, hacen parte de un sólo grupo que es el de los espacios cambiantes, lugares que tienen la capacidad de adaptarse a un mundo que actualmente sabemos que es incierto. Además, procuran adaptarse, no solo a personalidades y preferencias individuales, sino también a la diversidad cultural; diseños que no sólo abarcan la arquitectura, sino también el diseño interior y el entendimiento urbano para poder desarrollarse.
Algunas de estas ideas se basan en módulos, con áreas definidas que se adaptan y se suman a un espacio inicial permitiendo que cada vivienda tenga sólo los espacios necesarios o deseados por cada usuario, esto con modificaciones en el área total de cada unidad de vivienda y acoplándose a un conjunto prediseñado. Propuestas que, si bien son interesantes, no han tenido tanta notoriedad en Colombia. Por el contrario, propuestas como la de adecuar los lugares en espacios más abiertos y eliminar algunos elementos o áreas al interior para incrementar los espacios comunes entre los residentes, se han popularizado. Sin embargo, estas transformaciones no sugieren cambios tan drásticos como aquellos que propone la arquitecta Anna Puigjaner a través de diseños sin una jerarquía espacial, con espacios que podrían ser intercambiables o estar sujetos a lo que el usuario pretende que sean, eliminando la cocina para que esta sea un espacio compartido; Alternativa que sugiere el cohabitar, una propuesta que ha sido popular y de interés en los últimos años.
Estos espacios compartidos y sin usos definidos pueden ser algunas de las propuestas que vengan para Colombia. También puede que sean las ideas de espacios más flexibles, lugares que nos permitan tener privacidad y la posibilidad de realizar todas las actividades en un solo lugar con un movimiento en el mobiliario, elementos que aparecen y desaparecen, se transforman en el interior para convertirse en lo que precisamos en cada instante del día y de la vida. Esto se ve reflejado en el proyecto de Gary Chang en Beijing donde la arquitectura se define más por la actividad que por las habitaciones que conforman la vivienda. Propuestas donde el diseño de mobiliario se vuelve indispensable y estas dos áreas de la forma, objeto y espacio, se vuelven una. Pero, qué tal si lo único que necesitamos es un espacio que nos brinde infinidad de posibilidades, que nada este dicho, nada este definido. Un espacio vacío que nos permita involucrarnos totalmente con la distribución y el diseño interior de la vivienda; considero que las posibilidades son infinitas.
Proyectos actuales en Bogotá se han estado desarrollando con algunas de estas ideas, como lo hacemos en Urbanic Group, pensando en diseños que vayan más acorde a las necesidades actuales y que sean asequibles a la población. Un ejemplo de esto son los espacios ventilados e iluminados que hemos encontrado necesarios no sólo para el diseño sino para la salud de los que los habitan. Circunstancias como las actuales en las que las viviendas se vuelven el lugar donde debemos permanecer, hace forzoso buscar soluciones para que estos se ajusten a los nuevos requerimientos, un reto que es mayor, con espacios reducidos, pero no imposible. Espacios iluminados, verdes y abalconados, sin importar su dimensión, se han vuelto solicitados para tener una percepción del afuera sin necesidad de estarlo. Este tipo de modificaciones en apartamentos se han venido llevando a cabo en nuestros proyectos, con la intensión de adaptarse a una nueva forma de vida.
Sin embargo, como vemos y es seguro, este no es un proceso estático. Quiero pensar que no todo está creado, que aún hay caminos y espacios inexplorados. Podemos mejorar, avanzar e idear espacios que no sólo sean acordes con las condiciones demográficas sino también con la evolución del diseño, los gustos, las actividades y el movimiento que se ve en las generaciones entrantes. Que la diversidad se demuestre en la forma de expresarnos en cada aspecto de nuestra vida e indiscutiblemente en el habitar, sin que esto se vea restringido por el área o por el inconsciente de asumir que un espacio más grande es más gratificante.
Si bien estas tenencias de construcciones compactas son el resultado de alta densidad poblacional y la ocupación del suelo, también debemos pensar en el diseño, siendo conscientes y coherentes con la realidad en la que vivimos. No conformarnos. El punto es que no hay una sola verdad o una idea adecuada, todo va estrictamente relacionado con cada individuo, cultura, ciudad y su cotidianidad. Debemos entender que la riqueza de la arquitectura está en la diversidad y no podemos caer en la monotonía; siempre mantener la mente creativa.